15Muebles es una plataforma en mobimiento (con b de mueble): un proyecto de reamueblamiento – conceptual, político e infraestructural – de la ciudad contemporánea. Con Ciudad Escuela hemos querido diseñar la primera pedagogía urbana open-source del mundo.
¿Qué significa «hacer ciudad» hoy en día? ¿Cómo y quién hace ciudad? Y sobre todo, ¿qué clases de aprendizajes están en juego?
Ciudad Escuela ensaya una posible respuesta a estas preguntas-desafíos: una pedagogía desde la cual hacer visible los recursos, aprendizajes y saberes que multitud de personas y comunidades despliegan ya en pos de la construcción de una ciudad mejor.
Por:
¿Cómo funciona Ciudad Escuela?
Hemos recurrido a la tecnología Open Badges de la Fundación Mozilla para diseñar una serie de itinerarios pedagógicos que nos descubren y ponen en valor otras maneras de construir ciudad.
Los Open Badges de la Fundación Mozilla han sido diseñados para mostrar la importancia de los aprendizajes no reglados en la era de Internet: por ejemplo, personas que aprenden a tocar la guitarra viendo vídeos en YouTube o que aprenden lenguajes de programación en foros especializados.
Cualquier persona u organización puede convertirse en un emisor de ‘badges’ (chapas o insignias, en español). Y recíprocamente, cualquier persona que cumpla los requisitos establecidos por el emisor puede convertirse en receptor de badges.
Para poder obtener y usar los badges es necesario tener una ‘Mozilla Persona’: una identidad digital emitida por Mozilla. Esta identidad es necesaria para asegurarnos que el usuario que está obteniendo badges eres tú y no otra persona. Es muy fácil conseguir una identidad Persona. En este link te explican cómo funciona Persona y como conseguir tu identidad: https://login.persona.org/
Descubrir, aprender, hacer
Hemos usado los Open Badges para diseñar cinco itinerarios pedagógicos en torno a la ciudad.
Con los itinerarios queremos mostrar otros relatos sobre la ciudad posible. Ensayamos imaginarios, herramientas, juegos y lenguajes urbanos que nos gustaría sirvieran para empoderar otras políticas.
Así planteamos cada itinerario como una suerte de viaje de descubrimiento: a lugares, prácticas, recursos, infraestructuras o formas de asociación que trabajan ya por una ciudad común.
Cada itinerario se compone a su vez de una serie de unidades de aprendizaje. Éstos son nuestros badges. Hay badges que son específicos de un itinerario; los hay que se repiten en varios itinerarios.
La consecución de un badge requiere la participación en una serie de actividades, muy a menudo participando de procesos e iniciativas ciudadanas ya en marcha. Las actividades son muchas y muy variopintas: desde talleres a paseos, pasando por sesiones de auto-construcción o seminarios online. El denominador común en todas será que estaremos haciendo ciudad, amueblando directamente (conceptual, infraestructural y políticamente) nuestro entorno urbano.
Abierto
Ciudad Escuela es una plataforma abierta. Usamos tecnología abierta. Somos una pedagogía abierta. Y queremos y trabajamos por una ciudad abierta.
Por todo ello, estamos abiertos a que la plataforma crezca y se nutra de nuevos proyectos, nuevos itinerarios, nuevos badges
Sugiere un nuevo escenario urbano: ¿Reconoces en tus proyectos las destrezas que recogen los badges de ciudad-escuela? Cuéntanos en qué consiste tu proyecto y lo añadiremos a la lista de escenarios donde aprender construyendo ciudad.
Diseña un badge: Si crees que hay alguna destreza que es necesaria para construir ciudad de manera abierta y colaborativa y no está aún recogida en los itinerarios existentes, propón un módulo.
Diseña un itinerario: Si crees que un módulo se queda corto para recoger tu manera de hacer ciudad, piensa en un itinerario y estructúralo en los módulos necesarios.
Estaremos encantados de que nos enseñes tu ciudad, de aprender contigo.
Se amontonan las ruinas en la ciudad. Se amontona el abandono, también los campos, y la esperanza.
La ciudad es hoy el mayor asentamiento y distribuidor de flujos, movimientos y excedentes de capital. Turistas, automóviles y datos vertebran el movimiento-mobiliario de la ciudad.
Si la ciudad no se mueve, nos dicen, se inmoviliza. Sólo un valor inmueble puede amortizar y sacar rédito al asentamiento inmóvil. Sólo al inmueble le es permitido no moverse, permanecer mudo, sedentario, en el capitalismo urbano-hipotecario. No hay sedición si el sedentario es un metro cuadrado.
No puede, empero, la ciudad conformarse con el vacío simbólico del metro cuadrado. No hay movilidad posible al interior desahuciado de una metáfora.
Frente a los destellos y las luces de la ciudad-móvil planteamos el hormigueo medi terraneum de una ciudad-mobiliaria. Frente a la ruina inmobiliaria proponemos un ejercicio de mobilización (sí, con be de mueble) que libere y emancipe las materialidades políticas de la ciudad.
Las visitas-excursiones dadaístas; las deambulaciones surrealistas; las derivas situacionistas; la transurbancia stalkerista – la ciudad-itinerante hunde sus raíces en tradiciones insomnes.
Pero el desahucio y el desierto inmobiliario llaman a un urbanismo de más amplia y ambiciosa radicalidad. Un ejercicio que no se limite a descubrir y soñar y relatar la ciudad posible sino a amueblarla. Una semiótica y una simbólica y una poética y una política y una práctica de ciudadanos terraformándose. Materia ciudad.
El Mobiliarismo ensaya un ejercicio de crítica y pedagogía urbanas a partir de los viajes y los descubrimientos de la materia. Nace así el ‘mueble’ como episteme radical.
El mueble como práctica auto-constructiva, infraestructural y conceptual, fiel a las capacidades sociales y críticas que recorren y despliega la ciudad de Madrid hoy.
Muebles que nos infraestructuran, que nos infraprovocan.
Infraestructuras para pro-vocar: para hacer salir nuevas voces, extraer nuevos territorios semánticos y materiales de la ciudad en ruinas que habitamos.
Provocaciones donde el habitar es vocación, no vacación, y requiere una formación y apuntalamiento constantes. El mueble se vuelca y se revuelca en la ciudad.
El Mobiliarismo ensaya la liberación de la materia-ciudad en toda su potencia: muebles que se ‘mueben’, abriendo sus diseños, sus folios e iconografías, pero también excitando y moviendo sus capacidades pedagógicas y de aprendizaje. Muebles-itinerarios para el asombramiento y re-encantamiento. Pedagogías en mobimiento.
El mueble llama a la emancipación de las infraestructuras urbanas. Abandonamos la plaza como residencia política y ‘sacamos la crítica a paseo’. Des-plazamos al hombre moderno como sujeto político por excelencia. Lo mobemos.
El mueble frente al inmueble. El mobiliarismo frente a la movilidad.
El Mobiliarismo es un andamio para amueblar el derecho a la infraestructura de la ciudad: un juego de escalas, góndolas, maderas y ruedas que ofrece soporte auxiliar a la decadencia y ruina de la ciudad contemporánea.
El Mobiliarismo es una araña que tensa y sostiene el desmoronamiento de la ecología urbana: una estructura artrópoda que urde nuevas ‘redes’ para una ciudadanía en caída libre.
El Mobiliarismo quiere contribuir a pensar, pero sobre todo a construir colaborativamente la ecología conceptual e infraestructural de una ciudad común.
El Mobiliarismo es un homenaje a ese momento de experimentación urbana cuya figuración ejemplar supuso #acampadasol: muebles-experimento, prototipos-arácnidos que ensayan qué significa construir ciudad hoy.
El Mobiliarismo quiere así poner en cuestión y problematizar lo que entendemos hoy por espacio público: sus infraestructuras, su mobiliario conceptual, sus metodologías convivenciales, las condiciones materiales de la hospitalidad.
El Mobiliarismo es un prototipo de ciudad.
Ruins pile up in the city, as do abandonment and barren lands.
And hope.
Cities have become centrepieces in the flow, distribution and accumulation of capital surpluses. Tourists, cars and data are the moving-meubles of urbanisation.
If no movement is to be had, we are told, the city will immobilize. For only the value of real estate can redeem and amortize that which lies un-moved. Only real estate is allowed to remain in place: mortgage-capitalism’s exclusive agency of sedentariness. There is no threat of sedition if she who is sedentary is a square metre.
Yet there is no avail in the vacant symbolism of the square metre. There is no life inside a metaphor’s evicted interior.
Against the flashes and lights of the moving-city we propose the tingling medi terraneum of a city-meuble. Against the ruins of real estate we essay a mobilization that can free and emancipate the political materialities of the urban condition.
Mobilization, with ‘b’ of meuble furnishing the concept’s interior.
The Dadaist excursion-visits; the Surrealists’ deambulations; the Situationists’ dérives; the Stalkerists’ transurbances – the itinerant city harks its origins back to insomniac times.
Yet these our times of evictions and real estate desolations call for a more radically ambitious urbanism. They call for a project that yearns not for a vision, nor the discovery nor the description of the city-that-would-be, but for its furnishing, its re-equipment with the moving-meubles of mobilisation. It calls for a semiotics and a symbology and a poetics and a politics and a praxis of terraformation. Urban medi terraneum.
Mobiliarism essays a critical urban pedagogy that takes residence in the travels and travails of matter. The meuble is thus born as an episteme of radical pulsations.
Meubles that conjure the practical, auto-constructive, infrastructural and conceptual affordances traversing today’s cities.
Meubles that infrastructure us, that infra-provoke us.
Pro-vocative infrastructures: calling forth new voices, extracting novel semantic and material territories from the city in ruins that we inhabit.
Mobiliarism essays a radical liberation of the urban condition: meubles that ‘mobe’, whose designs, folios and iconographies are open-sourced, but which likewise excite and displace the sites of learning. Itinerant-meubles for the world’s re-enchantment. Pedagogy in mobement.
We abandon the plaza as the site of political residence and take critique out for a walk. We dis-place humans as privileged political subjects. We mobe them.
Meubles against real estate. Mobiliarism against mobility.
Mobiliarism is the scaffolding through which we furnish a city’s right to infrastructure: a play of stairways, ladders, gondolas, wood planks and wheels that offers auxiliary support to the modern city’s decadence and ruin.
Mobiliarism is a spider that tenses and sustains the decay of our urban ecologies: an arthropod structure that weaves new ‘webs’ for a free falling citizenship.
Mobiliarism aims towards thinking through, but also, crucially, collaboratively furnishing the conceptual and infrastructural ecology of our urban commons.
Mobiliarism questions and problematizes what is meant by ‘public space’ today: its infrastructures, its conceptual furniture, its methodologies of conviviality, the material conditions of hospitality.
Mobiliarism pays homage to that moment of urban experimentation whose exemplary figuration was #acampadasol: experimental-meubles, arachnid-prototypes that essayed how to assemble a city.
Mobiliarism is but an urban prototype.